Por ello, algunas consideraciones:
- Los expertos consideran que antes de decidir sobre el modelo de crianza religiosa de nuestros hijos, es fundamental partir del respeto por las creencias del otro.
- No tachar de absurdas o equivocadas las creencias de las demás. Expande su mente hablándole sobre puntos informados de las distintas religiones.
- Permite que tus hijos hagan preguntas y comiencen a hablar del tema. Pregúntale qué piensa o cuál es su opinión al respecto y fomenta el criterio propio.
- Si bien es aceptable que aprendan sobre tu religión, no es lo ideal forzar a los niños a realizar ciertas prácticas que conlleven compromisos personales, pues no son lo bastante maduros aún para responsabilizarse por ellos.
- Según diversos estudios, los valores básicos que comparten la mayoría de las religiones son altamente educativas y hacen personas más estables y con mejor integración a la sociedad. La honestidad, la solidaridad, la caridad, el amor, la reconciliación y el perdón son cualidades que se enaltecen.
- Se trata de una opción personal. Es importante dejar claro que la fe en determinada religión es una cuestión personal y que si bien “tú crees en esto”, no todos tenemos o debemos pensar igual.
- Cuando cada uno de los padres intenta forzar a sus hijos a pensar que su religión es la única correcta, seguramente lo que lograrán es causar inseguridad e indecisión, factores que afectan su desarrollo.